WASHINGTON.- El novato senador Barack Obama ya se ha asegurado un lugar grande en la historia: será el primer presidente negro de Estados Unidos.
Portador de un mensaje de cambio que resonó en todo el planeta, el candidato demócrata, de 47 años, logró una victoria abrumadora sobre su rival republicano, John McCain, que a las 2.20 aceptó su derrota y felicitó a Obama, al que llamó por teléfono. "El pueblo habló, y habló claramente", dijo McCain en un acto en Phoenix. Destacó, además, que un afroamericano llegara a la Casa Blanca.
De acuerdo a los primeros resultados difundidos, el senador de Illinois consiguió una victoria en los estados clave de Pensilvania, Florida y Ohio, donde la carrera aparecía ajustada.
Además de otros estados pequeños, ganó distritos de gran peso electoral como su estado de Illinois, que otorga otros 21 votos, y Nueva York, que da 31 voces en el colegio electoral, tal como preveían los sondeos
El republicano John McCain, por su parte, fue el ganador en Georgia, que le dio 15 grandes electores, así como en estados de menor peso, algunos muy disputados como Virginia Occidental o Carolina del Sur.
El senador demócrata reemplazará el 20 de enero al impopular George W. Bush y se hará cargo de un país involucrado en dos guerras y golpeado por un huracán financiero que lo dejó en las puertas de la recesión. La economía fue, de hecho, la mayor preocupación de los votantes, según expresaron ayer en los sondeos en boca de urna.
Los comicios fueron el corolario de una campaña inusualmente larga, que entusiasmó y movilizó a los norteamericanos como nunca lo había hecho otra contienda en las últimas décadas.
El fervor cívico se plasmó ayer en las enormes colas que rodeaban los centros de votación de Nueva York a California y de Alaska a Florida. En algunos estados, como el disputado y crítico Ohio, la participación habría alcanzado el 80% del padrón de votantes registrados, una cifra récord para Estados Unidos, donde el sufragio no es obligatorio.
Ambos candidatos hicieron campaña hasta ayer mismo. Hasta último momento, tanto Obama como McCain llamaron a los estadounidenses a que fueran a las urnas. "Me gustaría recibir su voto. No se desaliente si las colas son largas y hay que esperar", había dicho Obama por la mañana.
El pedido de McCain, rezagado en las encuestas desde septiembre, fue más bien una súplica. "Salgan ya y voten. Necesito su voto", dijo el senador republicano, por la tarde.
Más relajado por su ventaja en los sondeos, Obama votó en Chicago, estuvo en un acto en Indiana y luego volvió a su ciudad para descansar. Por su parte, más urgido, McCain, en cambio, apenas dedicó unos minutos a sufragar en Phoenix y luego voló a mitines en Colorado y Nuevo México, cuyos votos en el Colegio Electoral eran decisivos para mantenerlo en carrera.
En Estados Unidos, la elección presidencial es indirecta y se hace a través del Colegio Electoral. El ganador del voto popular de cada estado se lleva sus delegados, cuyo número es igual a la suma de sus representantes y senadores. Para alcanzar la Casa Blanca, un candidato necesita 270 de los 538 delegados ante el Colegio Electoral.
El triunfo de Obama, hijo de un padre negro proveniente de Kenia y de una madre blanca de Kansas, marca un hito en la historia de Estados Unidos. La victoria se da 45 años después del apogeo del movimiento por los derechos civiles liderado por Martin Luther King.
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